Los Mapuches
dentro de su mitologia distinguen variose Ngen, con el fin de preservar la vida y bienestar de la naturaleza silvestre y la interrelación correcta con el pueblo Mapuche, Ngen-mawida, es el espíritu dueño del bosque nativo. Se
cree que cuando algún espíritu mapuche baja del Wenu mapu, tierra de arriba, espacio sagrado e invisible donde habitan la familia divina, los espíritus del bien y los antepasados mapuche, al Mapu
(tierra), su lugar predilecto es el bosque nativo milenario plantado por
su mano durante la creación divina original; y por ello que en el
bosque se siente intensamente la presencia divina. En suma el bosque es
la catedral o iglesia de muchos mapuches creyentes.
La misión de estos Ngen es similar al de un guardabosques; es decir
protegen la vida de su flora y fauna promoviendo su bienestar y
continuidad, y criando animales y pájaros silvestres. Para ello, los
Ngen-mawida deben prevenir en el bosque la explotación excesiva, su
contaminación y destrucción mediante la tala o el fuego. Cuando se talan
o queman un bosque nativo, termina abruptamente la vida silvestre sin
opciones de continuidad, el ngen-mawida también se va.
Así, cuando un hombre mapuche desea cortar leña o recoger ramas en un
bosque nativo, debe pedir permiso respetuosamente al Ngen-mawida,
justificando sus propósitos y la cantidad mínima que necesita para la
subsistencia de su familia. Antes de partir, es costumbre obsequiar algo
al Ngen en reciprocidad. Ngen-mawida habla poco, pero en el invierno
con viento y lluvia responde a cualquier pregunta. Habita dentro de un
bosque «que no sea plantado» por la mano del hombre. Su casa no se ve,
se siente.
Entre los Ngen-mawida se distinguen específicamente:
Ngen-foyentu, espíritu dueño del bosque de canelos.
Ngen-pitrantu, espíritu dueño del bosque de pitras.
Ngen-walle, espíritu dueño del gran roble.
Ngen-pewén, espíritu dueño de la gran araucaria que da piñones en abundancia, etc.
En los bosques nativos de la Araucanía que aún van quedando se
encuentra todo lo creado; la flora y fauna autóctonas. Es posible
reencontrar en ellos una réplica del mundo primigenio de la
caza-recolección, junto a sus árboles nativos, animales silvestres,
enredaderas y helechos.
"El montañismo fomenta la solidaridad y el espíritu de equipo, permitiendo a uno encontrarse con uno mismo."
Robert Baden Powell (BP)
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